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La amistad como medicina, el cariño como Nido, el amor que sostiene.

  • Foto del escritor: Helga Flamtermesky
    Helga Flamtermesky
  • 5 jun 2024
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 5 jun 2024

Cuando Pau cumplió 18 años ya sabíamos que era su último cumpleaños. Pau animado lo celebró durante tres o cuatro días con amigos y familia.


Para nosotros fue fundamental que justo el día exacto de su cumpleaños, un grupo de sus amigos viniera a normalizar un momento que para nosotros como padres era difícil. La casa tiene dos jardines separados. En uno estaba Pau con sus amigos, que le cantaron el cumpleaños, le prepararon un pastel y sopló las velas. Se puso una peluca roja y pasó un cumpleaños feliz con sus amig@s.


Sabíamos que estaba en buenas manos, porque sus amigos desde el día uno de la enfermedad se convirtieron en la mejor medicina para él. Ellos estuvieron siempre y Pau también los buscaba. Cada día había un grupo de amigos y amigas, y el contacto con ellos disparaba las endorfinas de la alegría, de la seguridad, y hacían que su sistema inmune siempre estuviera alto. Con ellos, los tratamientos y los síntomas se minimizaban y se diluían entre charlas formales o normales, entre música y risas. Era cariño y no compasión lo que existía entre ellos. Y a finales de junio, cuando fue perdiendo su memoria corta, y en julio cuando empezó a apagarse, ellos siempre estaban en casa.


Cuando Pau se despertaba después de un día somnoliento, se levantaba con energía y preguntaba ¿cuál es el plan?, y le explicábamos quienes venían a visitarlo. Cada uno de ellos y de ellas era una medicina que tomaba con gusto, y nosotros veíamos los efectos positivos en Pau.


Ese día, en su último cumpleaños, mientras Pau disfrutaba con sus amigos y amigas, en el otro jardín, estábamos Kristian y yo, acompañados de nuestros amigos que vinieron a sostenernos. Kristian y yo no tuvimos fuerza para cantar un cumpleaños, ni para partir un pastel. Era demasiado emotivo y doloroso, estábamos como paralizados. Nos hubiera embargado mucha tristeza y Pau en lugar de celebrar un cumpleaños hubiera sentido una despedida.


Ese día nuestros miedos se difuminaban entre charlas, brindis y miradas de comprensión y así pudimos pasar ese cumpleaños . Nosotros no necesitamos una medicina, necesitábamos un Nido en donde estar recogidos y sostenidos de forma amorosa, y eso fueron nuestros amigos. En la mañana, si tuvimos fuerza de despertarlo, como cada año con pastel, flores y regalos. Pero cantar una canción de cumpleaños, que dice que cumplas muchos años más… ésa no fuimos capaces, pero Pau sí lo hizo. A los pocos días el psicólogo le preguntó cómo se había sentido celebrando el cumpleaños con sus amigos, Pau le explicó que estuvo feliz, y que él sabía que su felicidad ayudaba a sus amigos a pasar el momento complicado que vivían por él y con él. Así, sin ningún misterio, ningún drama como le gustaba a él. Nada forzado, todo real y genuino.


Ese día del cumpleaños fue una de las materializaciones del amor, algo que experimentamos siempre. Creo que para muchos fue un aprendizaje llevar a la práctica el amor que se siente y se recibe. El amor se respiraba siempre en la casa, a todas horas, manifestado de muchas maneras, generalmente, siendo Pau la fuente de donde emanaba con más fuerza.


Ahora, dos años después, cuando pienso como hicimos para vivir, soportar emociones complejas y una realidad que, aunque dolía, era soportable… debo concentrarme y recordar el cariño, los afectos y el amor que brotaban en esta casa, que cada día recibía gente, especialmente a los amigos de Pau que también se contagiaban del cariño y la fuerza de Pau. Creo que ell@s expresaban o descubrían sus propias fortalezas afectivas, dejando fluir la risas, brindar por la vida aunque se estuviera apagando, vivir la vida de Pau con emociones intensas, que les hacían entender que Pau demostraba que lo importante era lo vivido en el momento.


Los amigos de Pau siguen siendo una medicina, que generosamente nos regalan en momentos especiales. Verlos sigue siendo un momento de alegría, de invocar los buenos recuerdos, de hablar del futuro, de disfrutar la vida que quedó impregnada de Pau en todos nosotros.


El amor de tanta gente nos sostuvo físicamente en formato de abrazos y otras manifestaciones presenciales y virtuales, y aún lo siguen haciendo.


Gracias queridos amigos de Pau por ser la medicina oportuna, gracias a nuestros amigos y familia por ser el nido que nos sostuvo y nos sostiene. Gracias Pau por el amor que dejaste y que sigue brotando como si fuera una eterna primavera.


Con quienes no hemos hablado de forma seguida, contarles que estamos bien. Que agradecemos que nos piensen, aunque en ocasiones les duela porque nos piensan desde sus propios miedos y eso lo entendemos. Estamos bien, porque tenemos ilusiónes. Porque tenemos a Pau como inspiración.


Gracias!

“ La importancia de querer y dejarse querer.

De cuidar y dejarse cuidar desde el amor “



 
 
 

2 Comments


Guest
Jun 05, 2024

Gràcies amigues i amics del Pau, pel vostre amor i suport, incondicional i imprescindible. Vosaltres la medecina, i nosaltres, els adults, el niu. Gràcies per compartir aquest escrit amb tots nosaltres, helga.

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puigboltas
Jun 05, 2024

Helga, Kristian, qué hermoso y reconfortante texto. Me gusta pensar en Pau, y en vosotros. Gracias por compartir.

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